sábado, 4 de febrero de 2012

"El violinista de Mauthausen" de Andrés Pérez Domínguez

¿Cómo se lucha contra la injusticia cuando se vive en ella?



Impresionante, fantástica, increíble...

Rubén Castro Fernández, es un joven sevillano y republicano que en 1937 se exilió a Francia. Vive en París junto a su gran amor, Anna Cavour, de padre francés y madre alemana.

Un tranquilo domingo por la tarde, Rubén es arrestado en su casa por la Gestapo. Anna irá todos los días hasta su cuartel general para saber qué ha sido de él, de qué se le acusa, dónde será encarcelado... Aprovechando su desesperación, Robert Bishop, un agente norteamericano, la convence para que colabore con los aliados, con la promesa de ayudarla a encontrarlo.

Una tarde, Anna conoce al ingeniero alemán, Franz Müller. Su misión será clara “mostrarse con él todo lo amable que sea capaz” para conocer el trabajo que está realizando. Pero su amistad con Franz no será tan simple.

Cinco años después, Rubén vuelve a París en busca de Anna.

Con estos cuatro personajes, Andrés Pérez Domínguez es capaz de crear una trama durísima y realista que me enganchó desde el primer momento, para mí casi perfecta. Únicamente le pongo una pega: a veces es un poco repetitiva.

Cada capítulo está contado en primera persona por un personaje, lo que nos da una perspectiva global de sus sentimientos, sus acciones, sus motivaciones... Personajes que iremos conociendo poco a poco, que nos entristecerán y nos emocionarán, que nos harán sufrir, que deben luchar para salir del caos en que la guerra ha convertido sus vidas, pero que nunca pierden la esperanza. Una historia con continuos saltos en el tiempo (no pierdes el hilo de la narración en ningún momento) que te mantiene en vilo hasta el final.

"Antes o después uno se da cuenta de que el instinto de supervivencia es la fuerza más grande que se puede sentir, una corriente que arrasa con lo que se encuentra"

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